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Mostrando las entradas de noviembre, 2019
Reflexión final  D urante este semestre tuve la oportunidad de ver la clase de "Escritura de Ensayos de Opinión" los martes de 9 a 11 de la mañana con el profesor Juan Sebastian Cobos. Pensé que esta clase iba a ser una de esas típicas materias en las que mandan mil trabajos y solo vamos a jugar en el celular mientras en el fondo se escucha el profesor tratando de llamar el más mínimo gesto de atención entre todos los asistentes a la clase. Sin embargo, termino este curso con una perspectiva muy diferente a cerca que como es la clase con Cobos. No solo puedo decir que aprendí MUCHO, sino que disfruté de las actividades, juegos y, algunas veces, de las presentaciones.  Cuando a uno le toca ver esas materias de "relleno" nunca se llega con una buena actitud, porque su nombre lo dice: no es importante, solo la meten porque no quieren que ningún estudiante justifique un plagio por su desconocimiento del tema. Y con esa actitud fue con la que yo llegué a la clase
El desconocimiento de la ley no es excusa La palabra “plagio” no fue de relevancia para mi hasta que comencé el bachillerato internacional, nunca me habían repetido tantas veces la misma palabra en dos años. Pero al final, entendí que en serio era algo que JAMÁS podía cometer. Antes, cuando hacía las tareas, solía leer lo que saliera en una página y luego hacer “copy-paste” en un documento de Word y listo, quedaba terminada mi tarea para entregar; incluso, algunas veces ponía el link por si de pronto se me ocurría volver a entrar a la página o para mostrarle a la profesora que no saqué la información de Wikipedia, jamás lo incluí para darle crédito a esa persona por sus palabras. Pero ahora, me he dado cuenta de que el plagio es un tema serio y con debida razón, porque no es justo que alguien pueda apropiarse de un trabajo que no le costó nada de tiempo, mientras su autor tardó cierto periodo de tiempo y de investigación haciéndolo. Viendo el video “Everything is a Remix”
El éxito no se mide y punto final El éxito puede medirse, o esto es lo que considera Pablo Torres (2017), conferencista del video  ADN del éxito,  dónde defiende que el éxito de una persona se puede medir de una manera objetiva.   Sin embargo, desde mi punto de vista, esta afirmación no puede estar más alejada de la realidad, el hecho de que existan pruebas que puedan evaluar qué tan exitosa es una persona y que lo hagan de manera objetiva no es más que una consideración utópica de lo que en realidad son esas pruebas, que no logran mantenerse a flote por la subjetividad que representan. El éxito, según el Diccionario de la Real Academia Española: es “la buena aceptación que tiene alguien o algo”  (Real Academia Española, 2019)  y cómo aquí se establece “aceptación” que implica que el éxito lo miden los demás de acuerdo con lo que ellos consideren, entonces no puede medirse objetivamente.  Cada persona es libre de definir qué es el éxito de manera individual; a pesar de esto