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Al mal tiempo, buena cara



La vida infringe los mismos contratiempos y tragedias tanto en el optimista como en el pesimista, sólo que el optimista las resiste mejor. – M. Seligman 


Según el periódico electrónico en psicología Pepsic, La psicología positiva fue definida por Seligman (1999) como el estudio científico de las experiencias positivas, los rasgos individuales positivos, las instituciones que facilitan su desarrollo y los programas que ayudan a mejorar la calidad de vida de los individuos. (Contreras & Esguerra, 2006). Adicionalmente, Sheldon y King (2001) la definen como el estudio científico de las fortalezas y virtudes humanas, las cuales permiten adoptar una perspectiva más abierta respecto al potencial humano, sus motivaciones y capacidades. En este orden de ideas, es posible establecer que la psicología positiva se enfoca, en mayor medida, en el comportamiento humano que lo lleva al optimismo y al desarrollo completo de sus capacidades. 

Se considerará que la “felicidad es el goce subjetivo de la vida” (Garduno, Salinas, & Rojas, 2019)y que al ser subjetivo implica que depende específicamente de cada individuo en cuestión. Por ejemplo, para una persona que vive en extrema pobreza en África, su felicidad debe radicar en el hecho de que pueda acostarse a dormir sin hambre; en cambio, para una persona que viva acomodada en Estados Unidos, su felicidad debe consistir en ganar más dinero, comprar el nuevo iPhone 11 o simplemente su realización personal. Por lo anterior es que la subjetividad de la felicidad es tan volátil y cambiante que no es posible encasillarla en una definición establecida. 

Victor Kupers (2018) brinda 3 consejos para ser felices en su video El valor de la actitud, los cuales son: (1) Desarrollar la bondad, esta es una virtud esencial porque las personas no pueden dejar de ser sensibles a sufrimiento ajeno porque eso es lo que las hace buenas personas, (2) Nunca perder la alegría, cuando las personas son alegres se enojan menos y evitan muchos más conflictos y (3) Pensar en la trayectoria profesional, no se trata de llevar a cabo acciones extraordinarias, sino de hacer lo ordinario de manera extraordinaria. 

El mercado laboral es sumamente competitivo, en este se cruzan miles de personas aptas para ser exitosas, pero es la actitud la que define qué tan buenos resultados pueden obtener. De acuerdo con Xavier Sala, las personas atractivas pueden ganar hasta el 15% más que las personas “feas” (Sala, 2016), pero esto no es por su apariencia física, sino por su actitud, las personas que saben que son apuestas o atractivas tienen más confianza en ellos mismos y por eso están dispuestos a pedir un salario más alto y desde el principio impactan a los entrevistadores; en cambio, las personas que se consideran feas se ubican, en algunos casos, inferiores al entrevistador, por lo que casi que aceptan cualquier propuesta que les hagan.  

El refrán que dice: “al mal tiempo, buena cara” refleja que las personas no solo deben ser optimistas, sino que su labor es buscar mantenerse así y aunque, no es un trabajo sencillo, todo aquel que se propone seguir el camino del optimismo valorará los resultados obtenidos, porque cuando las personas cambian su actitud mejoran su perspectiva de ver la vida y si esta mejora, los problemas que se presenten en el camino dejarán de ser tormentas en un vaso de agua.  

Mi mamá siempre me ha dicho que se debe creer en la teoría del 80-20, la cual consiste en que el 80% de las cosas que me pasen en un día dependen directamente de tan solo el 20% de mi actitud; es decir, si una persona se levanta con el pie izquierdoy no cambia su actitud seguramente se regará el café en el desayuno, no llegará ningún bus a la estación, llega tarde al trabajo, no se logra concentrar, no le rinden sus labores y llega a la casa a contar la mala suerte que tiene cuando realmente su día se basó en la mala actitud que no estuvo dispuesto a cambiar cuando se levantó en la mañana. La vida es así de sencilla, pero nosotros nos la complicamos porque no queremos disfrutar de ella con la mejor actitud posible y poniéndole buena cara a cada una de las experiencias que la hacen enriquecedora. 

La alegría es contagiosa, las personas alegres irradian luz e ilusión, son aquellas que, con un abrazo, un consejo o una mirada hacen que los demás cambien su estado de ánimo. Mantenerse así no es sencillo, pero la lucha constante vale la pena. Para todas las personas es lograble, la excusa de que “deben quererme porque así soy yo” no es válida para todo aquel que tiene características en su carácter que no le hacen nada bien, todo aquel que esté dispuesto a hacerlo, puede, sin importar la edad que tenga, porque para vivir con alegría solo hace falta desearlo y hacerlo realidad. 

Para concluir, se puede establecer que el ser humano está conformado por conocimientos, habilidades y, por sobre todo lo demás, actitud y es en esta medida en la que es válido afirmar que todo aquel que base su vida en la buena actitud podrá obtener de manera más sencilla su realización tanto profesional como personal, porque es solo gracias a esto que las personas podrán afrontar las dificultades proponiendo soluciones y no limitando sus acciones.  

Bibliografía

Contreras, F., & Esguerra, G. (Mayo de 2006). Psicología positiva: una nueva perspectiva en psicología. Pepsic.
Garduno, L., Salinas, B., & Rojas, M. (2019). Lo que sabemos de la felicidad .Paises Bajos: Ruut Veenhoven, Erasmus University Rotterdam,.
Sala, X. (2016). Economía en colores. En X. S. Martín, Economía en colores (pág. 296). Conecta.
Küppers, V. (Dirección). (2018). Versión Completa: Victor Küppers, El valor de tu actitud[Recuperado de YouTube].


 

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